Si bien cuando se viaja a San Francisco la visita al Golden Gate, a Alcatraz o Lombard Street es obligada, San Francisco tiene mucho más que ofrecer.
Si vas con niños, Fisherman’s Wharf tiene leones, el acuario, un carrusel, un submarino, y un montón de restaurantes con marisco fresco. ¡Hay que probar el rico clam chowder! También les gustará la chocolatería de Ghirardelli en Russian Hill con muchas tiendas alrededor para comprar ropa o juguetes.
Si te gusta la pasta, en Little Italy estarás en tu salsa.
Si lo que te gusta son las compras, en Union Square encontrarás lo que buscas. Desde todas las tiendas de lujo que te puedas imaginar hasta tiendas low-cost por la calle Powell.
No hay que olvidar hacer una visita a Castro, que se convirtió en el primer barrio gay del mundo en los años 70, o a Mission, donde se concentra el ambiente bohemio y alternativo.
Y para respirar aire puro y perderse en sus más de 4 kilómetros cuadrados, el Golden Gate Park; donde es indispensable hacer una ruta por el Japanese Tea Garden.