Puede que hayas oído hablar de la última moda en Nueva York: es una mezcla entre un croissant y un donut que está arrasando en la Gran Manzana.
El inventor del Cronut se llama Dominique Ansel y tiene una pequeña pastelería en Manhattan donde cada día se forma una fila interminable de gente ansiosa por probar su producto estrella.
Dado el éxito que ha tenido, hay ciertas limitaciones que debemos saber si queremos desayunar un auténtico Cronut: No se permite comprar más de dos unidades por persona, sólo hay un sabor al mes y una producción muy limitada -200 unidades al día-, con lo cual lo único que te recomendamos es lo siguiente:
– Haz la cola más o menos con 2 horas y media de antelación a la hora de apertura (8am)
– Intenta reservarlo online (el sistema está en pruebas), pero puedes hacer una pre-reserva con dos semanas de antelación.
Si nada de esto te ha funcionado y sigues queriendo probar un Cronut, puedes empezar con alguna de las imitaciones que hay en Zaragoza, Barcelona o Madrid.